Un hombre fue condenado a 15 años de prisión de ejecución efectiva por una serie de abusos sexuales cometidos durante años contra su propia hija y su sobrina. El fallo fue dictado por la jueza Gabriela Romero Nallar, en un juicio en el que quedó probado que los ataques comenzaron cuando las víctimas tenían entre 6 y 7 años.

La fiscal penal interina de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual (UDIS), Celina Morales Torino, representó al Ministerio Público Fiscal y sostuvo la acusación durante todo el debate. La investigación permitió reconstruir un patrón de violencia sexual prolongado dentro del entorno familiar.

El tribunal halló al acusado culpable de abuso sexual gravemente ultrajante por la reiteración y circunstancias de realización, agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia, y de abuso sexual con acceso carnal continuado, también agravado por el vínculo, guarda y convivencia, en perjuicio de su hija, hoy de 13 años. La niña fue víctima entre los 7 y los 11 años.

A su vez, la jueza lo condenó por abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia, en dos hechos distintos, cometidos contra su sobrina de 14 años, cuyo padecimiento comenzó cuando tenía apenas 6.

La causa se inició a partir de la denuncia de la madre de la niña, quien alertó a las autoridades después de que su hija revelara lo que ocurría. La menor declaró en Circuito Cerrado de Televisión (CCTV), donde brindó detalles del maltrato sufrido. Posteriormente, una tía de la víctima radicó una segunda denuncia por hechos similares que afectaban a su propia hija.

Los informes médicos, psicológicos y socioambientales respaldaron por completo los testimonios y permitieron sostener la acusación fiscal durante el juicio.

 

En su sentencia, Romero Nallar ordenó además la extracción de material genético del condenado para su incorporación al Banco de Datos Genéticos, conforme lo dispuesto por las leyes nacionales y provinciales vigentes. El trámite quedará a cargo de la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA).