Las panaderías de Salta atraviesan uno de sus momentos más críticos en los últimos años. El consumo cayó entre un 25% y un 30%, las ventas no repuntan y muchas PyMEs enfrentan serias dificultades para mantener sus plantillas sin poder trasladar los costos al consumidor.

Daniel Romano, titular de la Cámara de Panaderos, advirtió que la situación podría agravarse durante el verano y que, sin una reactivación del mercado interno, varias panaderías podrían no llegar al 2026.

La presión de las importaciones y una economía cotidiana cada vez más frágil complican aún más la situación del sector. Los precios de temporada, como el pan dulce que oscila entre $8.000 y $12.000, reflejan un fin de año difícil y un horizonte incierto para los productores locales.

 

El panorama preocupa tanto a empresarios como a trabajadores, que buscan soluciones para evitar cierres y preservar el empleo en la provincia.